sábado, 26 de mayo de 2018

MUCHACHA (ANELITA) OJOS DE PAPEL




Por: Sergio Salazar Aliaga

Los artículos no tienen que ser aburridos, aunque Eastwood se atrevía a decir: "El mundo es crónicamente poco estimulante", pero bueno, al final de cuentas los artículos son pedazos de la cotidianidad, si uno los va juntando se hacen como un blog personal, cuentan la coyuntura, el momento histórico en el que el autor se presenta, o relata un amor. Tampoco olvidemos que muchos de los libros más importantes fueron recopilación de una serie de artículos publicados, es el caso de Franz Tamayo y su texto Pedagogía Nacional.

Este artículo no pretende ser aburrido, quiere tratar de contar dos historias de amor y al mismo tiempo tratar de escapar del aburrimiento, y ponerle nuestra pluma para amenizar, como decía la filósofa alemana Hannah Arendt: “cuando se deja de pensar, un hombre es sustituible por cualquier otro”, o por cualquier cosa. Así que decidí usar la imaginación para jugar con estas dos historias.

El rock argentino no había conocido la perfección en su género, hasta una noche de junio de 1969 que se escuchó en un concierto en el Teatro Coliseo de Buenos Aires el sencillo de Luis Alberto Spinetta, “Muchacha ojos de papel” en ese momento tocando con la banda de Almendra.

El tema se popularizó, llegó a los primeros lugares del ranking de la revista Rolling Stones, la cadena MTV dijo que fue la segunda canción más influyente del rock argentino, en lo personal es uno de mis favoritas y hoy le doy un énfasis más profundo, y se convierte en la canción de amor más pura que pude escuchar.

Existieron miles de interpretaciones, como:“Muchacha" tiene el sentido de introducir una especie de fineza, como si fuera la primera piedra para construir un ambiente poético intencional, pero la intensidad del tema, el hecho de que sea un tema que se adueñe tan fácilmente del corazón que lo recibe, hace que una lectura mal intencionada sea imposible”. En el caso ojos de papel,  “el papel era la representación perfecta de lo ideal, sea porque en el papel aparece lo escrito o porque en él se imprime una foto, falta de dimensión y de carnalidad”, “Ojos de papel son ojos idealizados, ojos que no tienen carne”.

La canción la escribió en medio de una historia de amor, está ligada a un enamoramiento, Spinetta dice “la canción está encarnada en ese feeling eterno que uno siente por la persona que amas”, es lo que me pasa también a mí en este momento y por la cual me animo a escribir estas letras.

La canción está escrita a su primera novia o relación firme Cristina Bustamante, Spinetta relata que tuvo enamoramientos no concretados, como lo que a todos nos pasa en la juventud, hasta encontrar a ese gran amor:"Yo era un inepto absoluto en ese momento. Y bueno, todos esos pequeños amores desembocaron en un gran amor que fue el de esta muchacha ojos de papel, que fue un amor correspondido. Porque también ella me quiso mucho. Fue mi primer amor, mi primer gran amor, inolvidable amor. Y me inspiró una canción". En mi historia personal encontré mi muchacha Anelita ojos de papel, feminista, de izquierda, política, con una humanidad inmensa, es ella  mi gran amor y hoy  la canción va de mi parte para ella, por supuesto.

Spinetta cansado de tantas argumentaciones o interpretaciones que le dieron a su canción, como veíamos más atrás, se ve obligado a hacer una aclaración pública, una especie de autopsia y es así que en septiembre de 1987, el suplemento Sí del diario Clarín publicó un artículo titulado "Muchacha ojos de papel: desintegración abstracta de la defoliación", pero no entraremos a ese detalle.

El ex bajista de Almendra y padre de Cristina, Emilio del Guercio dice: “gran parte del mundo emocional de los argentinos esta hecho de música y poesía, sea folclore, tango, rock o melódico, las canciones definen como ninguna otra expresión del arte popular un espacio simbólico, el que guarda las claves genéticas de la cultura, ellas llegan a nuestros corazones y por algún motivo indescifrable algunas se quedan para siempre”.

Anelita ojos de papel “A dónde vas, quédate hasta el alba, muchacha pequeños pies, no corras más, quédate hasta el alba” es parte de la letra que le canto todos los días, “Sueña un sueño despacito, entre mis manos, hasta que por la ventana, suba el sol”.

Anelita piel de rayón, tu tiempo es hoy, Anelita corazón de tiza, cuando todo duerma, te robaré un color.

Y para cerrar el texto, Spinetta aclaraba que: “Los dos personajes "sienten" en esos ecos brumosos para los ojos, ciegos o no, el impromptu de un éxtasis de angustia para así desembocar en la risa luego llanto de ella, y la fijación de un símbolo que nace para el protagonista que rige, en vigilia, la situación emocional”.

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