domingo, 10 de mayo de 2020

EL PODER DE LOS MEDIOS


Por: Sergio Salazar Aliaga

Les voy a contar una historia, un canal de televisión…

Eran las 8:45 de la noche, el noticiero corría normal como cualquier día, sin ningún inconveniente, el presentador de noticias esperaba salir al aire, descansaba en la pausa, se acomodaba su corbata, tomaba el último sorbo de su café caliente, pedía al maquillador que le retoquen, al volver al aire dijo:

-Llego el momento de espectáculos en las telenoticias.

En eso se le acerca el jefe de información y le dice que acaba de morir un ex político famoso, que de la noticia.

Obviamente lo puso en aprietos, se notaba que algo lo incomodaba, no le queda mucho tiempo, están a diez minutos de cerrar, se pone a pensar y se pregunta ¿Qué hago no puedo dejar pasar esta noticia tan importante?

El Director de noticias por el micrófono al oído le dice que no se preocupe que mañana en la revista lo anunciaran, que cierre nomas con la farándula. Le daremos la oportunidad de vivir un día más.

Ese es el poder de los medios, ese poder somete a los televidentes, no es algo nuevo, ya Adorno y Horkheimer decían “que el espectador no debe hacer trabajar su propia cabeza: toda conexión lógica que requiera esfuerzo intelectual es cuidadosamente evitada” y es algo evidente, la gente se ha vuelto una repetidora de los noticiosos, de televisión, radio y ahora redes sociales.

El lema favorito de los medios de comunicación es “que el espectador no piense” por eso además de los noticiosos se les pone una serie de contenidos que los tenga distraídos, cantos, bailes, concursos, etc.

Las personas hoy ya no tienen contenidos, se los dan todo el tiempo, se los piensan todo el tiempo, la persona es el sujeto-receptor, o mejor dicho, la persona es el sujeto recipiente, recipiente porque hay que llenarlo de contenidos.

Cada vez que alguien me dice has visto las noticias, rio en mi interior, y desconfió de lo que va decir, pienso que es la aniquilación del humanismo, como diría entre tantas cosas Foucault en 1966 “el hombre ha muerto” nos han avasallado la razón, nos han avasallado al sujeto.


viernes, 24 de abril de 2020

TOMAR UN LIBRO ES UNA RESPONSABILIDAD



Por: Sergio Salazar Aliaga

A propósito del #DíaDelLibro

Un día, hace muchos años, allá por el 2005…  Generalmente los libros comienzan así.

El actual Director de la carrera de Literatura de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Omar Rocha Velasco me dio un libro para que lo lea, era de Juan Recacoechea “American Visa”, terminé llorando mucho, ya que el final es muy diferente al de la película, de hecho no había película en ese tiempo, pero el hecho  fue como una epifanía, ese día me volví un lector y desde ahí hasta el día de hoy es lo único que soy, un lector.

Que placer tan extraordinario es conocer gente que es exactamente como uno espera que la gente sea… gente que lee, y no muchas veces se comparten las mismas ideas, pero es gente generadora de ideas, por eso nunca he partido de la premisa de que si uno tiene una “idea” y se enfrenta a la otra, ponga trincheras y no es relativismo, ya que los libros construyen esa pluralidad, los libros construyen ciudadanía, construyen personas pensantes.

Me ha pasado que en estos largos años, conocí personas a las cuales valoro muchísimo por el aprendizaje que uno puede exprimir de ellos, algunos hoy en el exilio, pero más pronto que tarde estarán de nuevo. Gente de libros que siempre lograron que el cerebro buscara la libertad.

Los libros hacen que el cerebro conquiste la libertad, que viaje en libertad explorando distintas áreas, distintas teorías.  Muchas veces usé los libros como un plan de acción y leí para aprender a vivir.

Cuando uno agarra un libro y descubre un nuevo mundo, lo más seguro es que comiences a dudar de lo que ya conocías o por lo menos lo cuestiones, porque te enfrentas a nuevas realidades, con lo desconocido, con lo nuevo, con lo otro. Vas cambiando en cierta manera, es una herencia marxista, siempre tener una actitud crítica, no eres devoto a una creencia, todo lo pones en duda….

Las novelas cambian la vida de los lectores, esa es la utopía del género como diría Robert Arlt “Hace que un lector apasionado e ingenuo encuentre en los libros la autenticidad que la realidad no la tiene”. O “somos lo que hemos leído o, por el contrario, seremos la ausencia que los libros han dejado en nuestras vidas” como manifestaba el escritor argentino Tomás Eloy Martínez.

Por ahí el libro más importante y que inaugura la modernidad capitalista es el “Discurso del Método” de Descartes…. hay algo grandioso ahí, quizá mágico…  es la “duda” que nos enseña a dudar de todo, de la religión, del aristotélico-tomismo, ambas inmersas en la metafísica. Descartes planteó que el pensamiento requiere de libertad para ejercerse…

Usamos mucho el exterior, para no vernos nuestro interior y cuesta mucho trabajo hacernos cargo de nosotros mismos, porque es más fácil culpar a los demás.

Por ejemplo, la gente usa la religión para no hacerse responsable de sí mismos, seguro escucharon a la gente decir: “que dios dice”, “lo que diga dios, estamos en sus manos” “dios mediante”, “primero dios”, etc…. O cualquier tema metafísico.

Un libro, una lectura te hace dueño de tu propia vida porque conoces lo desconocido, es romper con esa zona de confort, romper con tu sitio de seguridad y tu red neuronal se activa.

Sé que asusta hacerse responsable, la responsabilidad existencial es muy difícil,  porque la mayoría tiene miedo de tomar malas decisiones, los libros ayudan a conocernos a nosotros mismos, a fantasear, a soñar, a volar, tomar un libro es una responsabilidad, hay que pensar bien que libro vamos a leer, el otro día desperté triste y me dije porque no leí más a Borges, el “poema conjetural”,  he aprendido a separar su obra de sus declaraciones políticas, me estaba perdiendo al mejor sin duda, pero feliz de conocer a Benedetti, Neruda, Nervo, Sábato y muchos más, el tiempo puede ser perverso.

La gente cambia y nosotros cambiamos

El mejor aprendizaje es hacerte responsable de ti, y cuando controlas tu vida, y cuando sabes que quieres en la vida, entonces sabes que puedes hacer por los demás, que puedes hacer por el mundo, por el otro, y que capacidad tienes para hacerlo, y cuando tú ayudas a los demás te descubres como una buena persona. El libro sirve para saber cómo late tu corazón.





EL JUICIO A JESÚS: PARA ENTENDER EL DERECHO ROMANO




Por: Sergio Salazar Aliaga

La pasión de Cristo recrea todo lo ocurrido durante las últimas doce horas en la vida de Jesús de Nazaret, desde el momento en que acude al Huerto de los Olivos (Getsemaní) con los apóstoles a orar, pero siempre es caracterizada como historia, la intención de este artículo es darle un contenido jurídico.

Su enjuiciamiento se divide en dos partes:
 1.- Ante la jurisdicción judía-religiosa 2.- La de política-romana, dentro del derecho romano la figura es un enjuiciamiento provincial mixto.

El momento de su aprensión en el monte de los olivos o Getsemaní, Jesús fue llevado con las manos amarradas a las inmediaciones del templo, pero en ningún relato evangélico se habla de que se hubiera presentado alguna orden de aprensión, por lo tanto hubo dos  vulneraciones más, las altas horas de la noche y el uso de un delator “Judas” ilegal en el derecho judío. También queda en duda la intervención de soldados romanos.

En el caso de que hubiera habido una  intervención de los soldados romanos significaría que estaría en conocimiento del prefecto Pilatos, y en atención al estatus de “religió licita” del judaísmo, es decir las autoridades religiosas podrían pedir la presencia de soldados romanos para el cuidado del templo dentro de su jurisdicción. Sin embargo en la versión de los Evangelios, habría una pésima relación entre el prefecto romano y el sanedrín judío.

1.- El juicio ante la jurisdicción judía-religiosa

El enjuiciamiento ante la jurisdicción religiosa judía se puede dividir en dos momentos procesales: el periodo de instrucción y el proceso ante el pleno del sanedrín.

El periodo de instrucción inició con la audiencia extraoficial de Jesús ante el antiguo sumo sacerdote Anás, él no tenía jurisdicción oficial, pero tenía el capital simbólico como poder del templo, después paso a Caifás y se reunió en audiencia con algunos escribas y fariseos para incriminarlo, no pudieron y lo juzgaron por blasfemia.

Así tipificaban el grave delito religioso de blasfemia, Jesús se había declarado hijo del Hombre. Al acabar el consejo nocturno, lo confinaron a los guardias del templo al calabozo.

En el enjuiciamiento ante el pleno del Sanedrín se da de noche, violando el derecho procesal judío que exigía que fuera de día, y el castigo tendría que ser la lapidación pública, y no la pena capital, motivo para que quede nulo el enjuiciamiento, así pasaron la causa a la jurisdicción romana.

2.- Enjuiciamiento ante la Iuridictio romana

Pilatos les dijo a los sacerdotes entre ellos Caifás, -Llévenselo, júzguenlo de acuerdo con la ley de ustedes y  los judíos contestaron: No estamos autorizados para ejecutar a nadie.

Sobre la imputación que se le da a Jesús por los delitos de blasfemia, los acusadores ante la autoridad romana cambiaron inculpándolo de iniciar la evasión de tributos y a la sedición al proclamarse mesías. De todas formas no había elementos para sentenciarlo. Hizo una jugada legal al escuchar que había predicado en Galilea, lo mandó donde Herodes ya que esa era su jurisdicción de origen.
Herodes fue el ejecutor de Juan el Bautista, pero tampoco podía hacer nada, pensó que era una broma de Pilatos, lo devolvió.

Pilatos lo mandó a la flagelación, en los evangelios no hay un descripción con exactitud, pero en diferentes investigaciones como ser la de Daniel Rops en su texto: La iglesia de los apóstoles y de los mártires,  explica que la ley no contemplaba el número de golpes, dejando así a la decisión del juez, que era una acción antijurídica, que los instrumentos de tortura eran correas de cuero, llamados flagella, que podían romper la clavícula o la espina dorsal, y cadenillas de hierro terminadas en una especie de minúsculas pesas. Después, lo sacerdotes judíos lo mandaron a la crucifixión.

Desde la legislación judía religiosa, el delito era la blasfemia, y en el derecho penal romano el delito era la evasión de impuestos que nunca se la pudo tipificar, ya que Pilatos se lavó las manos, entonces se le imputaron dos delitos, el de “perduellio” (ataque grave al imperio, y el de “crimen laesae maiestatis populi romani (daño al prestigio del pueblo romano y de sus magistrados), ambos pertenecientes al primer grupo de delitos contra el Estado, y si no fueran suficientes, estaba “seditio” (sedición).

En realidad desde el tema jurídico no se sostiene la idea de las tipificaciones mencionadas, es más bien una lucha por el poder entre una teocracia que se sentía amenazada, por eso los Evangelios son unánimes en que el enjuiciamiento a Jesús no lo decidió el derecho romano sino el poder Judío.

martes, 31 de marzo de 2020

EL ÚLTIMO VIERNES CON EVO MORALES







Por: Sergio Salazar Aliaga

El viernes 8 de noviembre estaba en curso el Golpe de Estado en Bolivia con violencia implícita y con el apoyo de la policía boliviana. La Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), cuya tarea era defender a Morales, acordaron en una reunión que los oficiales de la UTOP decidían  abandonar sus puestos para pedir la renuncia de Evo.

Las razones: quejas de presuntas órdenes de reprimir a manifestantes de la oposición y evitar a los de Morales, resentimientos por un percibido trato preferencial dado a las Fuerzas Armadas y el cansancio de combatir manifestantes.

Aproximadamente, a las 18:00pm de ese viernes, llamé a mi compañera para saber si seguía en el Ministerio, pues el plan era evacuar. Habían llegado los del Comité Cívico Potosinista (COMCIPO) y la Unión Juvenil Cruceñista, dos grupos de choque prácticamente armados y la muchedumbre digitada por el Rector Waldo Albarracín de la Universidad Mayor de San Andrés subía hacia la Plaza Murillo, caminaban por el prado paceño ese momento.

-Sergio, Sergio me gritó ella por el auricular

Pues en ese momento me quede colgado recordando esas imágenes de mis lecturas precoces de juventud “El presidente Colgado” de Augusto Céspedes, en el capítulo cuando el Rector de la, UMSA Hector Ormachea Zalles arrastró a los estudiantes de la universidad a un derramamiento de sangre porque urgía el complot para derrocar al gobierno popular sin importar el costo, algo así estaba pasando… la vieja derecha no quería colgar a Villarroel, lo buscaban a Evo.

Los agitadores movilizaron al lumpen-proletariat, su depravación y sadismo era exterminar cobardemente a los que lucharon por los pobres, por los humildes, por los trabajadores, por los derechos de los más desprotegidos y las libertades democráticas.

El 21 de julio de 1946, una turba, incitada por la prensa pagada por la rosca minera y por la embajada de Estados Unidos, asesinó y colgó a uno de los mejores presidentes de Bolivia, ahora querían hacer lo mismo, unos días antes habían intentado asesinar a Evo Morales, cuando su helicóptero cayó.
“En ese entonces la radio “Condor” simulo haber sido tomada por unos estudiantes. Tres estudiantes improvisaron una dramática audición llamando en su socorro al pueblo fingiendo que hablaban en medio de las balas: ¡pueblo! ¡Sal a ayudarnos! Vengan a proteger a nuestros hijos barridos por la metralleta asesina del gobierno, en estos momentos estamos luchando y nuestros compañeros están cayendo a nuestros pies, ya han caído dos, ¡estas serán tal vez mis últimas palabras, ya se acerca! Hay no, una bala me ha tocado, hay Dios… ¡Y LA VOZ FUE CORTADA!”, cuenta Céspedes, pero acá la misma simulación de dramatización la hacía Televisión Universitaria, mostrando jóvenes gasificados y a los policías como gente que reprimía cuando no movieron nada porque la instrucción era esa, los jóvenes con flores, repartiendo agua y gritando policías únanse a la lucha….

Salgan del Ministerio lo más rápido posible, atine a decirle y colgué rápidamente.

En eso entró el jefe de seguridad del Presidente a mi oficina, le temblaba la mano, pero sereno me dijo, -Prende la tele - ¡los pacos se han amotinado!
Quedé aterrado, pero atento al mismo tiempo, buscaba el control en los cajones, no lograba verlo, al final logre prender la tele, levante la cabeza y vi que había mucha más gente que entraba para poder ver el extra noticioso, los policías de la ciudad de Cochabamba estaban encapuchados, con las puertas cerradas de la unidad y desde la parte alta del edificio, flameaban una bandera y afuera del edificio se encontraban los motoqueros (cuasi-paramilitares) que pedían la renuncia del presidente Evo, los policías se habían revelado contra el gobierno popular, y amotinados nos ponían en más aprietos.

Lo primero que logré escuchar fue: ¡Mierda! Que se han creído estos pacos, seguro ya los van a encarcelar por sublevarse.

Vi mucha preocupación y  circulación de llamadas, a los 15 minutos escuché rumores de que cambiarían de comandantes, y esos comandantes motines los  pondrían presos, sentí algo de calma, por ahí un deseo personal en ese momento, pero ayudaba para que vuelva el ajayu. (El Ajayu es ese espíritu que vive en los corazones).

Salí al pasillo del piso 23 de la casa grande del pueblo, había mucha gente, algo inusual, aunque normal esos últimos días. Ya había llegado el comandante de la policía y vestía un uniforme como de campaña, solo verde oliva con su gorra, también estaba el entorno del Presidente, al verlos sentí mucha seguridad, pues siempre salieron victoriosos, políticos muy hábiles.

Mi teléfono sonaba, así que volví volando para contestarlo, era mi jefa.

-Sergio por si acaso nos vamos a quedar- te aviso como saldremos de acá, así que te llamo más tarde.

Claro que sí, estaré atento, ¡a tus órdenes!, le dije.

Me acerqué a la ventana con vidrios blindados y a pesar de eso se escuchaban los ruidos de las hordas que estaban al frente de la Casa Grande del Pueblo, se sentían los petardos y las bazucas que lanzaban, la policía que se retiraba poco a poco, no puedo mentir; sentí mucho miedo ese momento e inmediatamente me puse a pensar en la mejor manera de morir ya que parecía todo perdido. Recordé una anécdota del Che sobre el viejo cuento de Jack London, donde el protagonista apoyado en el tronco de un árbol se dispone a acabar con dignidad su vida, al saberse condenado a muerte, por congelación, en las zonas heladas de Alaska. Es la única imagen que recuerdo.

Volví a los pasillos, y me encontré con los seguridades del piso, me acerque a ellos, vi que cerraban las puertas con llave, eran unas puertas grandes, pesadas y de mucha seguridad.

-Estamos cerrando desde el piso 7 por seguridad, me dijeron

Lo miré, tragué saliva,  y me acerqué. En plan de broma le dije en vos muy baja, denme un arma, en el caso que se la tenga que usar.

-No te preocupes, les entregaremos en un rato a todos.

En ese momento si creí que ya no volvería a salir vivo de ahí, la llamé a mi compañera, ya en un modo de despedida y le dije estamos bien, en ningún momento quise que entre en pánico, intenté darle un mínimo de seguridad.
Estamos esperando que terminen algunas reuniones más, pero saldremos en una hora aproximadamente, le dije, en realidad había escuchado que el presidente no saldría de la casa del pueblo, que ahí era patria o muerte, algunos ministros, ministras estaban medio llorosos, dijeron que había que salir.

Al principio sentí su vos, frágil y algo llorosa, después me dijo:

-Amor, ya quiero que llegues, alcancé a  comprar  hamburguesas, quiero que estés aquí, estoy viendo las noticias y las cosas están demasiado feas.
No te preocupes, sabes cómo son de exagerados, dramáticos y amarillistas, sobre todo el canal universitario, que es un chiste, hasta un ingeniero se inventaron.

Ella rió y me dijo

-Bueno, amor te estaré esperando

A las 10 de la noche logramos salir con mi equipo de trabajo, camuflados, con banderas de Bolivia y cascos, nos escabullimos entre la gente y pasamos desapercibidos, tenía miedo de que me reconozcan, tomé un taxi, el primero que vi, entré y le di mi dirección.

Cuando llegue a casa abracé a mi compañera, y le dije:

-Ya pasará…

Ese fue mi último día con Evo.

El desenlace de los días siguientes fue peor. Algún día lo relataremos.

Hoy estoy acá para contarlo, entendiendo que nadie nos prometió un jardín de rosas, hablamos del peligro de estar vivo.