Por: Sergio Salazar Aliaga
Esta nota tiene que comenzar por el final, pero cuál es el final, cuál sería el desenlace de todo este estado de las cosas, como cuando Wim Wenders encontraría esa Cinémathèque para dar el salto de la pintura y enamorarse del cine, pero que al final termina como un militante ocupado y devastado por la culpa y las dudas respecto de su propia identidad.
Como para llenarse de John Lennon: Woman difícilmente puedo expresar mis emociones mezcladas y mi pensamiento después de todo te estaré por siempre en deuda y mujer intentaré expresar mis sentimientos internos y mi agradecimiento, i will try to express my inner feelings and thankfulness…
Sin embargo para llegar a ese
desenlace que podría ser el comienzo hay que decir que este 8 de marzo tenemos
la obligación moral de acompañar el paro y la marcha y todo lo que convenga en
el apoyo al día internacional de la mujer trabajadora, y hay que dejar en claro
que nuestro apoyo es de una manera “políticamente incorrecta”, ¿qué quiero
decir con esto? que apostamos por una “lucha de clases” y no por una “lucha de
frases” como trata de disfrazar algún feminismo poco exaltado, mecanicista y hasta
oportunista.
Por ejemplo yo no marcho porque
sea una fecha reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Tampoco marcho porque se piense que en este día se conmemora la lucha de la
mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y
en su desarrollo íntegro como persona, no marcho por la lucha histórica, por
mejorar la vida de la mujer y menos para entrar al reino de la apariencia
correcta. Como decía Umberto Eco no importa como los llamemos, lo que sí es
determinarlos como ellos quieren que se los llame, y un gremio muy activo en la
defensa de lo políticamente correcto es el feminista, en caza del lenguaje del hacia
el otro.
Yo marcho porque un grupo de
mujeres socialistas en chicago en 1908 marcharon en busca de una reducción de
la jornada laboral, mejores salarios y derechos de voto.
Marcho porque se creaban
sindicatos de mujeres, marcho porque la realidad desde ese 1908 no ha cambiado
de fondo, seguro que de forma si, marcho porque la lucha de la mujer es una
lucha emancipatoria contra todo un sistema.
Marcho por la necesidad de hacer
acciones colectivas y movimientos acá en Bolivia, y en todo el continente ya
que estamos sufriendo un giro hacia lo desconocido en un momento donde el
descontento popular tiene un acercamiento a la mundialización neoliberal. Y es
nuestro turno de reafirmar nuestra actitud combativa e identidad política
socialista de hombres y mujeres para enfrentarnos a ese capitalismo secante con
un sistema perverso, por eso esta batalla es comunista, feminista y de ideales
emancipadores vengan de donde vengan.
Por eso es un buen momento para
asentar una estructura de movilización que ya la veíamos el 25 de noviembre con
una multitudinaria marcha de mujeres #NiUnaMenosBolivia denunciando que se
matan mujeres todos los días y exigiendo la erradicación de la violencia. Y como esta
nota se comenzó por el final y hablando de Wenders volvamos con un
planteamiento que él se hacía:
¿De qué repertorio disponemos
para diferenciar algo real, verdadero, de algo irreal y falso? Y lo real para
en este momento es que las mujeres están armando una estructura de movilización
y de oportunidades políticas y como duda secundaria somos capaces de distinguir
entre lo verdadero y lo fake… pues no se trata solo de una incorporación al
sistema político sino hacer una lucha antihegemonica contra las distintas
formas del poder del sistema mundo moderno capitalista. Las mujeres como sujetos políticos con proyectos históricos,
que se lanzan contra toda la modernidad como proyecto civilizatorio.
Entonces marchemos por un momento
protagónico que engendre un proceso de primera potencia en un acontecimiento
mayúsculo.
Por todas las mujeres del mundo unias
Y marchemos con Lennon “you may say
I'm a dreamer” Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotrosy y el mundo será uno solo.