Por: Sergio Salazar Aliaga
El pasado 2 de enero Cecilia
Lanza publicó un artículo en Página Siete llamado “Un alcalde Enamorado” y
comienza diciendo “un hombre enamorado es un poco hembra. Porque a un hombre
enamorado se le chorrean los pantalones que la cultura le ha impuesto al mundo
masculino encargado dizqué de los asuntos de la razón, ciertamente serios e
importantes (política, economía, gobernanza…). El mundo femenino, ya saben,
lleva por encargo aquellos asuntos tan venidos a menos, propios de las revistas
del corazón”.
Que trata de decirnos cuando
menciona “un hombre enamorado es un poco hembra”, que el papel o el rol de la
mujer en la historia siempre será ese linaje de mujeres piadosas, de
sufrimiento, de sacrificio, donde actúan bajo el drama de comprender amar,
limpiar y hacer caso a los caprichos del marido. Casi parecido a las
descripción de la Virginia Wolf en el “Professions for Woman” con esa
taxonomista de que la mujer es “el ángel del hogar”… Acaso el alcalde no se
puede enamorar a su manera y tiene que ser hembra?
¿Acaso la periodista intenta
reforzar la dicotomía histórica del espacio privado y el espacio público
insinuando que el amor es sólo cosa de
mujeres enclaustradas en el espacio privado y que a un hombre le queda grande
la situación amorosa porque se debe al espacio público?
Además añade: “Como una ex
olvidada, abandonada, está la ciudad” Me pregunto si la condición de ex pareja
de un hombre deja siempre en el papel de abandonadas y olvidadas a las mujeres,
pareciera que desconoce que hoy las mujeres también olvidan y también
abandonan. ¿Por qué la desatinada analogía con las mujeres? En estos tiempos la
re victimización, aunque sea de carácter simbólico, es lo que menos desean y
aceptan las mujeres, si no te has enterado, Cecilia.
Me pregunto porque no se puede
romper con esa figura de machismo con relación a la ciudad, ¿había que
feminizarla así?
Retornemos a Virginia Wolf que
decía… “Vosotras, que pertenecéis a una generación más joven y feliz, tal vez no
hayáis oído hablar de ella, y quizá no comprendáis a qué me refiero con “el
ángel del hogar”… intentaré describirla con la mayor brevedad posible. Era
infinitamente comprensiva. Era inmensamente cautivadora. Era absolutamente
altruista. Sobresalía en el difícil arte de la vida familiar. Se sacrificaba
todos los días. Si había pollo, ella se servía el muslo, si había un barril,
ella se sentaba en él. En suma, estaba hecha de modo que nunca tuviese un
pensamiento o un deseo propio y antes bien, optase siempre por comprender y
compartir los deseos y los pensamientos de los demás”…
¿Cecilia quieres un Alcalde de
“ángel del Hogar”?
Y es que su artículo tan pobre
recordando viejos años noventa como lo hacía con MacLean y su enamoramiento nos
lleva a las clásicas novelas norteamericanas, basadas en el arquetipo de la
familia moderna, Patricia Mellencamp denominaba a este hecho de situaciones
domesticas como “cómica satisfacción de las mujeres” y Lanza ve a un Alcalde
como a un sujeto domestico de la ciudad que vendría ser una “cómica
satisfacción de la alcaldía”.
Su escasa elocuencia me lleva a
pensar que si ve a una mujer de Alcaldesa seguramente diría una mujer
“endurecida ya no resulta deseable” por eso no está enamorada. Y es que un
hombre “No se enamora como hembra” se enamora a su manera, te pongo un par de
ejemplos para romper con la heterogeneidad de las formas de funcionar del
“enamoramiento” como lo hacía Hannah Arent y Martín Heidegger que ella le
reclamaba “siempre tenemos que hablar de tu obra y no de la mía”, otro ejemplo
simpático de enamoramiento es el de Nietzsche y Lou Andreas porque dan el paso
estético a lo ético… O Marx y Jenny que es la que más me gusta y me adscribo
muchas veces… La felicidad es la lucha. Y no es que subestimemos (la literatura
por ejemplo, cómo cree el Vicepresidente), sino que también el amor se teoriza,
el enamoramiento se teoriza. Y esas teorías hoy hablan de la negociación en el
amor y de las nuevas masculinidades, quizá hace falta un poco de lectura
académica sobre estos temas.
Y digo esto porque soy un hombre
enamorado y mi dimensión con ella siempre se basa en nuestras experiencias y no
me siento en un mundo femenino o un poco hembra.
Me siento un hombre que quiere
romper estos papeles típicamente destinados a los cánones de la moralidad
patriarcal, burguesa, misógina y machista…
Mi amor y mi enamoramiento es tan única y revolucionaria de profesar en
este mundo y por eso me siento indignado cuando cuestionan al amor o al enamoramiento en sí…
En lo demás admito que Revilla es uno de los peores alcaldes que tuvo esta ciudad maravillosa.
En lo demás admito que Revilla es uno de los peores alcaldes que tuvo esta ciudad maravillosa.
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