viernes, 24 de abril de 2020

TOMAR UN LIBRO ES UNA RESPONSABILIDAD



Por: Sergio Salazar Aliaga

A propósito del #DíaDelLibro

Un día, hace muchos años, allá por el 2005…  Generalmente los libros comienzan así.

El actual Director de la carrera de Literatura de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Omar Rocha Velasco me dio un libro para que lo lea, era de Juan Recacoechea “American Visa”, terminé llorando mucho, ya que el final es muy diferente al de la película, de hecho no había película en ese tiempo, pero el hecho  fue como una epifanía, ese día me volví un lector y desde ahí hasta el día de hoy es lo único que soy, un lector.

Que placer tan extraordinario es conocer gente que es exactamente como uno espera que la gente sea… gente que lee, y no muchas veces se comparten las mismas ideas, pero es gente generadora de ideas, por eso nunca he partido de la premisa de que si uno tiene una “idea” y se enfrenta a la otra, ponga trincheras y no es relativismo, ya que los libros construyen esa pluralidad, los libros construyen ciudadanía, construyen personas pensantes.

Me ha pasado que en estos largos años, conocí personas a las cuales valoro muchísimo por el aprendizaje que uno puede exprimir de ellos, algunos hoy en el exilio, pero más pronto que tarde estarán de nuevo. Gente de libros que siempre lograron que el cerebro buscara la libertad.

Los libros hacen que el cerebro conquiste la libertad, que viaje en libertad explorando distintas áreas, distintas teorías.  Muchas veces usé los libros como un plan de acción y leí para aprender a vivir.

Cuando uno agarra un libro y descubre un nuevo mundo, lo más seguro es que comiences a dudar de lo que ya conocías o por lo menos lo cuestiones, porque te enfrentas a nuevas realidades, con lo desconocido, con lo nuevo, con lo otro. Vas cambiando en cierta manera, es una herencia marxista, siempre tener una actitud crítica, no eres devoto a una creencia, todo lo pones en duda….

Las novelas cambian la vida de los lectores, esa es la utopía del género como diría Robert Arlt “Hace que un lector apasionado e ingenuo encuentre en los libros la autenticidad que la realidad no la tiene”. O “somos lo que hemos leído o, por el contrario, seremos la ausencia que los libros han dejado en nuestras vidas” como manifestaba el escritor argentino Tomás Eloy Martínez.

Por ahí el libro más importante y que inaugura la modernidad capitalista es el “Discurso del Método” de Descartes…. hay algo grandioso ahí, quizá mágico…  es la “duda” que nos enseña a dudar de todo, de la religión, del aristotélico-tomismo, ambas inmersas en la metafísica. Descartes planteó que el pensamiento requiere de libertad para ejercerse…

Usamos mucho el exterior, para no vernos nuestro interior y cuesta mucho trabajo hacernos cargo de nosotros mismos, porque es más fácil culpar a los demás.

Por ejemplo, la gente usa la religión para no hacerse responsable de sí mismos, seguro escucharon a la gente decir: “que dios dice”, “lo que diga dios, estamos en sus manos” “dios mediante”, “primero dios”, etc…. O cualquier tema metafísico.

Un libro, una lectura te hace dueño de tu propia vida porque conoces lo desconocido, es romper con esa zona de confort, romper con tu sitio de seguridad y tu red neuronal se activa.

Sé que asusta hacerse responsable, la responsabilidad existencial es muy difícil,  porque la mayoría tiene miedo de tomar malas decisiones, los libros ayudan a conocernos a nosotros mismos, a fantasear, a soñar, a volar, tomar un libro es una responsabilidad, hay que pensar bien que libro vamos a leer, el otro día desperté triste y me dije porque no leí más a Borges, el “poema conjetural”,  he aprendido a separar su obra de sus declaraciones políticas, me estaba perdiendo al mejor sin duda, pero feliz de conocer a Benedetti, Neruda, Nervo, Sábato y muchos más, el tiempo puede ser perverso.

La gente cambia y nosotros cambiamos

El mejor aprendizaje es hacerte responsable de ti, y cuando controlas tu vida, y cuando sabes que quieres en la vida, entonces sabes que puedes hacer por los demás, que puedes hacer por el mundo, por el otro, y que capacidad tienes para hacerlo, y cuando tú ayudas a los demás te descubres como una buena persona. El libro sirve para saber cómo late tu corazón.





EL JUICIO A JESÚS: PARA ENTENDER EL DERECHO ROMANO




Por: Sergio Salazar Aliaga

La pasión de Cristo recrea todo lo ocurrido durante las últimas doce horas en la vida de Jesús de Nazaret, desde el momento en que acude al Huerto de los Olivos (Getsemaní) con los apóstoles a orar, pero siempre es caracterizada como historia, la intención de este artículo es darle un contenido jurídico.

Su enjuiciamiento se divide en dos partes:
 1.- Ante la jurisdicción judía-religiosa 2.- La de política-romana, dentro del derecho romano la figura es un enjuiciamiento provincial mixto.

El momento de su aprensión en el monte de los olivos o Getsemaní, Jesús fue llevado con las manos amarradas a las inmediaciones del templo, pero en ningún relato evangélico se habla de que se hubiera presentado alguna orden de aprensión, por lo tanto hubo dos  vulneraciones más, las altas horas de la noche y el uso de un delator “Judas” ilegal en el derecho judío. También queda en duda la intervención de soldados romanos.

En el caso de que hubiera habido una  intervención de los soldados romanos significaría que estaría en conocimiento del prefecto Pilatos, y en atención al estatus de “religió licita” del judaísmo, es decir las autoridades religiosas podrían pedir la presencia de soldados romanos para el cuidado del templo dentro de su jurisdicción. Sin embargo en la versión de los Evangelios, habría una pésima relación entre el prefecto romano y el sanedrín judío.

1.- El juicio ante la jurisdicción judía-religiosa

El enjuiciamiento ante la jurisdicción religiosa judía se puede dividir en dos momentos procesales: el periodo de instrucción y el proceso ante el pleno del sanedrín.

El periodo de instrucción inició con la audiencia extraoficial de Jesús ante el antiguo sumo sacerdote Anás, él no tenía jurisdicción oficial, pero tenía el capital simbólico como poder del templo, después paso a Caifás y se reunió en audiencia con algunos escribas y fariseos para incriminarlo, no pudieron y lo juzgaron por blasfemia.

Así tipificaban el grave delito religioso de blasfemia, Jesús se había declarado hijo del Hombre. Al acabar el consejo nocturno, lo confinaron a los guardias del templo al calabozo.

En el enjuiciamiento ante el pleno del Sanedrín se da de noche, violando el derecho procesal judío que exigía que fuera de día, y el castigo tendría que ser la lapidación pública, y no la pena capital, motivo para que quede nulo el enjuiciamiento, así pasaron la causa a la jurisdicción romana.

2.- Enjuiciamiento ante la Iuridictio romana

Pilatos les dijo a los sacerdotes entre ellos Caifás, -Llévenselo, júzguenlo de acuerdo con la ley de ustedes y  los judíos contestaron: No estamos autorizados para ejecutar a nadie.

Sobre la imputación que se le da a Jesús por los delitos de blasfemia, los acusadores ante la autoridad romana cambiaron inculpándolo de iniciar la evasión de tributos y a la sedición al proclamarse mesías. De todas formas no había elementos para sentenciarlo. Hizo una jugada legal al escuchar que había predicado en Galilea, lo mandó donde Herodes ya que esa era su jurisdicción de origen.
Herodes fue el ejecutor de Juan el Bautista, pero tampoco podía hacer nada, pensó que era una broma de Pilatos, lo devolvió.

Pilatos lo mandó a la flagelación, en los evangelios no hay un descripción con exactitud, pero en diferentes investigaciones como ser la de Daniel Rops en su texto: La iglesia de los apóstoles y de los mártires,  explica que la ley no contemplaba el número de golpes, dejando así a la decisión del juez, que era una acción antijurídica, que los instrumentos de tortura eran correas de cuero, llamados flagella, que podían romper la clavícula o la espina dorsal, y cadenillas de hierro terminadas en una especie de minúsculas pesas. Después, lo sacerdotes judíos lo mandaron a la crucifixión.

Desde la legislación judía religiosa, el delito era la blasfemia, y en el derecho penal romano el delito era la evasión de impuestos que nunca se la pudo tipificar, ya que Pilatos se lavó las manos, entonces se le imputaron dos delitos, el de “perduellio” (ataque grave al imperio, y el de “crimen laesae maiestatis populi romani (daño al prestigio del pueblo romano y de sus magistrados), ambos pertenecientes al primer grupo de delitos contra el Estado, y si no fueran suficientes, estaba “seditio” (sedición).

En realidad desde el tema jurídico no se sostiene la idea de las tipificaciones mencionadas, es más bien una lucha por el poder entre una teocracia que se sentía amenazada, por eso los Evangelios son unánimes en que el enjuiciamiento a Jesús no lo decidió el derecho romano sino el poder Judío.