http://www.rebelion.org/noticia.php?id=212677
http://tinku.org/bolivia-la-inconformidad-judicial/
Por: Sergio Salazar Aliaga
Bolivia vive una época
de transformaciones que se traducen en varios aspectos de la vida; es ahí donde el resultado de la
inconformidad con las instituciones vigentes y necesidades de nuevos sistemas.
Esto pasa exclusivamente en el sistema de justicia que hasta ahora no pudo
avanzar al ritmo que camina el Estado.
El Estado avanzado a
pasos gigantescos, en materia económica, en materia social, diferentes formas,
pero existe un stand by en materia judicial, y pasa porque los cambios en la
realidad política socioeconómica y cultural conducen a mutaciones en el sistema
para lograr una conexión y coherencia de esas realidades, en la justicia hasta
el día de hoy no encontramos ninguna de estas, seguimos desconectados, seguimos
haciendo intentos de supervivencia. Lo que nos lleva como un reto social a la
Cumbre de Justicia que se llevaran los días 3 y 4 de junio de 2016.
Ese análisis de la
situación nos permite ver, también, la existencia de una desconexión entre el
derecho como tal y las realidades que hoy vivimos. Realidades en el sentido de
la ambigüedad y contradicciones que posterga el análisis de casos concretos en
los tribunales, elaboración de leyes, la definición de la relación entre la justicia indígena y el resto del
sistema judicial estatal. Los preceptos jurídicos que se encuentran atrasados
respecto de las exigencias de una sociedad post moderna, y las elaboraciones
teóricas que continúan sustentadas en torno a principios y supuestos de otras
épocas.
Por eso es que hablo de
una inconformidad judicial, una inconformidad del sistema como tal, traducido
como una crisis del sistema, y esta crisis se manifiesta con mucha rigurosidad
en el campo del derecho. La obsolescencia de la legislación punitiva dificulta la
realización de la justicia criminal y el “Jus puniendi” o el derecho del Estado
está siendo cuestionado por nuevos argumentos que en el fondo deslegitimizan el
ejercicio del mismo.
El sistema penal no cumple con el contenido de
efectiva represión y prevención porque tiene diferentes problemas, su formulación
carece de sustento fáctico o empírico necesario, como resultado de ella no
tiene correspondencia con la realidad. Pocas o casi nunca las investigaciones
penales criminológicas penitenciarias de
otra índole han respaldado la adopción, diseño y el establecimiento de modelos
penales.
¿Cuántas
verificaciones empíricas de enunciados teóricos existen? En
Bolivia pocos o casi ninguno corresponde entre la realidad y la normatividad,
que será posible cuando la formulación de una política criminal intervengan con
los aportes técnicos y científicos de las ciencias fuctuales, como ejemplo la
política criminal o algo que casi no utilizamos o en muy pocos casos como se la
estadística criminal.
Por ejemplo hoy existen
dos límites entre dos sistemas coexistentes con autonomía, que permiten pensar
en un conflicto real entre formas políticas diferentes y que pueden graficarse
en el encuentro de la oralidad y la escritura, y todo lo que el pasaje de una
no alcanza a contemplar. Es decir que en la nueva Constitución, la justicia
comunitaria está incorporada, no como otra justicia, sino como posible
jurisdicción local y comunitaria.
Pero lastimosamente la
ejecución de dichas justicias en su aplicación son muy vagas o muy bajas, en el
sistema penal boliviano se carece de políticas o programas relativas a la
ordenación y sistematización de la información referida a tres esferas: Delito,
delincuente y pena. No se cuenta con un sistema que acumule, procese y evalué
los datos cuantitativos que genera el propio sistema en su funcionamiento. Esta
circunstancia deriva en una deficiente planificación de las políticas de
control
de la criminalidad y la ineficiencia de ellas.
El legislador boliviano
a la hora de formular políticas criminales acude a programas o modelos
políticos criminales importados, “adoptando” las mismas a la realidad nacional.
En ese contexto la necesidad y la exigencia misma de la sociedad para cambiar
el sistema en sí, la exigencia misma de buscar nuevos mecanismo, hoy ya claro
que existe un proceso de pre cumbres, y que la meta será en la Cumbre de la
Justicia, es por eso la importancia y la aplicación de las estadísticas
criminal en la formulación y evaluación de una política criminal planificada,
conociendo, que en Bolivia la estadística criminal esta poco desarrollada y
sabiendo también, que este vacío prima al sistema penal nacional, de un valioso
medio para la investigación, análisis, y formulación de políticas de materia de
lucha y prevención de la delincuencia.
Por eso a pocos días de
conocer que avances cualitativos salgan de la Cumbre de Justicia es importante
hacer diferentes hipótesis del devenir de la justicia, una de esas es la
aplicación de la política criminal boliviana, que sólo será posible con la
implementación de una estadística criminal, que brinde información necesaria
para su formulación, hecho que permitirá una adecuada represión y prevención de
la delincuencia.
Por eso también los
datos concretos de estas pre cumbres son transparentes, en los diferentes
departamentos que se los va elaborando, y esa tiene que ser la respuestas donde
depende de la perspectiva que se le esté dando, de cara a un futuro próspero
para la justicia nacional, ya que el uso del poder penal está sometido a las
reglas de la puja política de un país. Los distintos grupos y sectores
políticos tratarán de influir en la formulación y en la configuración de esta,
cada uno de ellos según sus propios objetivos, finalidades y concepciones
políticas. En ese sentido se puede hablar de diferentes políticas judiciales,
según los distintos grupos que la promuevan, como ya vimos la justicia
comunitaria reconocida, que marca la pluralidad, hablar de justicias en plural.
En cambio si nos
referimos a las síntesis final que resulta de esa puja (surgirá de los actores
políticos o de la hegemonía de un sector) si podemos hablar de una solo
política de justicia.
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