jueves, 10 de diciembre de 2015

PORQUE SEGUIR CREYENDO


Por: Sergio Salazar Aliaga

Durante estos 30 años de democracia en Bolivia y sobre todo en el periodo neoliberal, se vivió una inestabilidad política, una crisis de Estado, llevado por la crisis del capital a nivel mundial. Momentos donde se había implantado una severa democracia liberal, entendida en esferas más oenegistas que percibían una realidad, eso género una concepción de una sola forma de gobierno, dejando de lado a un grueso de la población, eso se lo cristaliza en el Decreto 21060 que significo una re-localización, una reducción de salarios, reducción del gasto fiscal, subida de impuestos, y que se transpola por los años 90’.

Por eso nuestra sociedad comienza a cambiar, los marginados comienzan a salir y a gritar, aparecen nuestros movimientos subalternos, aparecen nuestros movimientos indígenas y campesinos, aparecen nuevas demandas que suponía la lucha por la vida y por el territorio. Entonces como Estado nos teníamos que renovar, transformar y sobre todo cambiar, buscábamos salidas emergentes a las estructuras que nos estaban asechando.

Por eso para comienzos de nuevo siglo se comenzaba a configurar el movimiento social, que fue un proceso de movilizaciones que se estaban gestando dentro del mismo Estado, los cuestionamientos cada vez eran mayores sobre la democracia liberal, sobre las privatizaciones que se habían llevado acabo, una capitalización que nos había decapitado como país, y llega ese día, las jornadas de abril o la conocida también como la Guerra del Agua, comenzaba el comienzo del fin para un sistema caduco… la consigna era la desprivatización, marcando un primer momento.

A partir de esta nueva episteme de la historia boliviana comienzan a surgir movimientos contra-hegemónico, un segundo momento está el cerco a La Paz y un discurso llevado a cabo por Felipe Quispe más conocido como Mallku donde hablaba del sentido de lo indio y de lo q’ara, de lo indígena como alternativa al capitalismo, de “el discurso de las dos Bolivias”. Como un tercer momento llego el año 2003, las jornadas de octubre, la guerra del gas o mejor dicho la masacre del gas, con un fin único la defensa de nuestros hidrocarburo, se comienza hablar de nacionalización, de Asamblea Constituyente, recogiendo esa memoria de nuestros pueblos indígenas de tierras bajas que planteaban a comienzos de los noventa… termina con la renuncia y la fuga de Gonzalo Sánchez de Lozada presidente ese entonces.

Llega el 2006 con mucha esperanza de reencaminar toda esa debacle que se había gestado, se convoca a la Asamblea constituyente, se nacionaliza, nos aglutinamos en un sentido de base plural, nos incluimos y nos denominamos Estado Plurinacional, las cosas cambiaron para siempre, dejamos a un lado herencias racistas discriminatorias, producto de las medidas antipopulares neoliberales de la república en general, nace entonces en nuestra modernidad un arte de sujeción, el ser sujeto, el pensarse sujeto, ciudadano, el sentirse sujeto. El ser humano entra finalmente en el mecanismo del poder más amplio… hoy puede ser parte de estos reconocimientos de dejar esa democracia liberal y profundizar a la democracia comunitaria. 

Por eso seguimos creyendo, por eso seguimos soñando, Eduardo Galeano el 2001 viendo a los jóvenes indignados españoles escribía la frase “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”, extraído de “Los Hijos de los Días” nosotros bolivianos seguiremos luchando contra cualquier adversidad…

Victoria o muerte... Venceremos

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