viernes, 11 de diciembre de 2015

LA DEMOCRATIZACIÓN DE LOS FLUJOS DE PODER EN EL SISTEMA MUNDO CONTEMPORÁNEO


Por: Sergio Salazar Aliaga

¿Cuál es la relación capitalista entre los Estados, los flujos de poder y el sistema mundo capitalista limitando su soberanía?

Hoy podemos afirmar que el sistema mundo moderno capitalista ha abierto o intentado hegemonizar un solo discurso, el discurso de lo técnico, de los tecnicismos democráticos; en esa diferenciación podemos entrar precisamente a lo que denominamos “democracia”. Hoy no tenemos un concepto finito de lo que se entiende por democracia, tampoco podemos hablar de una construcción lineal de la misma, tenemos casos particulares, como en Bolivia, de diferentes formas de democracia, lo cual nos obliga a hablar de democracias en plural. Un interesante fenómeno va a ser la democracia comunitaria, con diferentes matices, ópticas, relacionamientos y formas – usos de los mismos. Entonces podemos hacer un intento de ver a la democracia como una construcción social determinada.

Dentro de esa lógica hay diferentes estructuras que las delimitan, sean estructuras económicas, políticas, sociales, culturales –como en el caso anterior–, e incluso ideológicas, las que se pueden configurar de una manera global, como un arquetipo del tiempo moderno, tal es el caso de la democracia participativa, la democracia representativa, la democracia directa, etc.

En la actualidad la modernidad, o el sistema mundo, determina una idea universal de la democracia, esto por la necesidad de comenzar a entender las diferentes formas de hegemonización de los Estados; ya Wallerstein nos hablaba sobre los ciclos de una democratización en el mundo, hoy nosotros podemos observar esa relación de los flujos de poder del sistema mundo contemporáneo, en pocas palabras, la relación capitalista entre Estados, ahí es donde nos complejizamos en entender la subordinación consentida que se comienza a generar en los espacios de soberanía de los diferentes Estados.

Cuando se crea estos Supra-Estados uno tiende a hegemonizar una idea, en este caso particular el “Demos”; podemos entender esos ciclos de acuerdo a la naturaleza que se le pretender dar, en los años 70, en América Latina a partir de la “Ley de seguridad nacional”, propuesta también conocida como el Plan Cóndor, cuyos métodos eran la subordinación a través de los golpes militares, el militarismo, un triunfo de Churchill y Truman, quienes inventaron la guerra fría bajo el eufemismo del combate a la “amenaza roja”, asustando al mundo con el comunismo, justamente para que las ideas socialistas no pasasen a la práctica; una forma de invisibilizar o de omitir la práctica democrática.

Pero esa excusa comienza a caer al momento que oscilan discursos opositores, el opositor sería la democracia, que aporta a la búsqueda de nuevas formas políticas ante el agotamiento del modelo institucional moderno, que apela a cambios abiertos y a la crítica al capital, propiciando el sistema mundo regresando al discurso de lo democrático, pero en un sentido ya no liberal; es cuando aparece lo neoliberal de las décadas de los 80tas y 90tas. Silvio Rodríguez se expresaba con su estribillo de “no es lo mismo, pero es igual”; sigue siendo una forma hegemonizadora de control de Estados.

El sistema mundo moderno, en particular la democracia se encuentra en una constante tensión con las dinámicas que transita, interesadamente, entre lo trascendente y lo inmanente como se refería Latour. Por eso hasta hoy la democracia y la geopolítica globaliza como una herramienta de emancipación social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario