Por: Sergio Salazar Aliaga
El 6 de octubre del año pasado Carlos Mesa lanzaba su
candidatura a la Presidencia del Estado vía youtube, en este video decía “He
tomado (...) la decisión de ser candidato a la presidencia del Estado. Y lo
hago por una razón muy clara, porque éste es un tiempo de inflexión histórica,
porque estamos en el comienzo, en el umbral de un nuevo tiempo"
Tengo que admitir que se me erizó la piel, sentí pánico por
un momento, incluso creí que podía ser un buen candidato y un competidor muy
duro para las elecciones generales del 2019, de hecho arrancaba con un 33% de
aprobación según la encuesta de página siete, para diciembre del 2018 el mismo
periódico publicaba que Mesa subía a 34%, además venía acompañado de un
condimento muy interesante, su slogan de “un gobierno de ciudadanos”, después
reflexioné y entendí lo sectario que podía ser.
Digo sectario porque Mesa es la expresión de una aspiración regionalista,
además su patriotismo está limitado por el más íntimo de sus intereses, se dice
altruista y es egoísta, defiende la moral y no conoce los escrúpulos de ninguna
clase, como puede entender la ciudadanía en su conjunto y la pluralidad de los
pueblos indígenas si en su gobierno y siendo presidente llamaba provincianos a la
región más próspera y en crecimiento del país, sin el más mínimo sentido de
tolerancia política.
También quedé muy sorprendido por la alianza que había hecho
con El Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) del extinto Óscar ‘Motete’
Zamora, fue una jugada interesante, pero el mal sabor de boca fue pensar que se
cambiaba del Nacionalismo Revolucionario a un partido Comunista Marxista
Leninista Maoista (PCMLM), es que Carlos Mesa es un hombre que se enamora de
todos los ideales, pero no persigue ninguno.
Como en revolution de los Beatles… “You say you got a real
solution, well, you know, we'd all love to see the plan” Dices que tienes una
solución verdadera, pero sabes, a todos nos encantaría ver el plan… lástima que
Carlos no tenga ninguno. No solamente eso, sino que él sólo se ha ido desgastando.
Además de eso, Mesa se negó a ser testigo de cargo en el juicio a Goni que una
corte federal de Estados Unidos ha instaurado contra Gonzalo Sánchez de Lozada
y Carlos Sánchez Berzaín, todavía es leal a ellos?, ¿tendrá miedo?, ¿ocultará algo?,
traicionando así al pueblo boliviano, pero todo a los hermanos alteños que
lucharon por la recuperación de nuestros hidrocarburos, desde ahí que los familiares
de las víctimas de Octubre lo califican como ‘cobarde’
El desenlace aparece en la Plaza Murillo, la gente muy
molesta comienza a gritarle, el 30 de diciembre es abucheado al salir de la
cadena televisiva RTP en el entierro de la comadre Remedios Loza, la gente le
grita que quería justicia, el 26 de enero la gente lo saca del Stadium de Villa
Ingenio en la Ciudad de El Alto, la gente muy molesta le grita: ¡Asesino!, por
las jornadas de Febrero y Octubre negro. El 10 de febrero le cierran la puerta
de la Universidad en Potosí, los universitarios expresaron su enojo.
Es que el pueblo tiene memoria, difícil olvidarnos del
impuestazo de febrero de 2003 elaborado por Gonzalo Sánchez de Lozada y por él,
que terminó en una balacera en la plaza murillo, dejando más de 40 muertos y
100 heridos, “el 12 de febrero, un día que quedará marcado como un día de luto
y sangre donde se produce el enfrentamiento entre policías y militares”.
Después vino la masacre de octubre…. Que hombre para ser cínico
al decir que la Democracia está en
peligro, ¿Ya no recuerda que fue su
gobierno el momento más crítico de democracia boliviana?
La última encuesta de página siete del 3 de febrero
muestra que Carlos Mesa bajó 7 puntos, carece de popularidad y el signo es que
cada vez baja más y más, lo que lo convierte en un candidato mediano rumbo a
las elecciones generales de 2019.
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